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Recordando las pilladas de Torbe con la actriz Zenda Sexy

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Vamos a echar un cable al desafortunado pornógrafo bilbaíno Torbe, que desde hace unos años anda bastante desaparecido del panorama pornográfico español para que la prensa sin escrúpulos no se cebe con mentiras y difamaciones. Parece que la tierra se lo ha tragado y solo conocemos su situación a través de los comunicados oficiales de su web PutaLocura. Lo cierto es que se le echa de menos verlo en su serie más preciada, la de pilladas en la calle de Torbe. Así que para rememorar su figura, repongamos su mítica escena en la que cazó a la tremenda Zenda Sexy, una actriz con dos grandes tetas naturales como cabezas de mongolo, y tan parlanchina y dicharachera que no se callaba ni follando.

Su aspecto era del todo atípico dentro del cine X español, con unas gafas de culo de vaso que le hacía parecer una chica friki aficionada a cómics y videojuegos de rol. La típica chavala con acné en la cara que forma parte de una pandilla juvenil y termina haciendo pajas a todos los chicos del grupo. De hecho, su nombre artístico viene del personaje Zelda, la popular princesita que la compañía Nintendo puso en la saga de videojuegos «The Legend of Zelda».

La zagala se metió en el porno en plena adolescencia, con los estrógenos concentrados en esas dos tetazas que Dios le ha dado. Una madrileña con las carnes en su sitio que quería probar nuevas experiencias. Y vaya que si las probó. Su hambre de sexo alcanzó su culmen entre el 2010 y el 2016, época en las que grabó innumerables gangbangs y bukkakes cerdos. Pero sobre todo será recordada por entrar en la serie de pilladas durante la mejor época de Villa Cerda, el tinglado inmobiliario que tenía montado Torbe con las chicas. Ya sabéis, una especie de mansión Playboy a lo Hugh Hefner pero en territorio español.

El morbo de Zenda fue un chorro de aire fresco en la industria española. Era como ver follar a la pasión personificada, un cuerpo serrano nacional que levantaba pollas a su paso. Y eso que era una pelirroja con gafas bastante feucha de cara, pero le otorgaba una apariencia sexual de lo más morbosa. Incluso tenía bastantes similitudes con una perroflauta, algo que defiende la tesis de ser una señora en la calle y guarra en la cama.

Por cierto, como hemos dicho, sus melones eran impresionantes y quitaban el sentido cuando aparecía en las webcams de Putalocura. Mención especial a su colaboración con la productora Kink, donde realizó una escena de humillación para Public Disgrace en la que recorrió las calles de Madrid como Dios la trajo al mundo. Es decir, en pelota picada y causando máxima expectación entre los viandantes. Al menos antes de entrar en el conocido bar donde terminan todas las escenas y ser follada por el mismísimo actor Steve Holmes.