Yhivi, una estrella porno que empezó vendiendo sus tangas usados en aparcamientos de Starbucks, pasó de ganarse unos dólares con la ropa interior a tener éxito en la industria del porno hardcore. Con un historial que incluye desde cámara en MyFreeCams hasta sesiones de BDSM con Kink, Yhivi es un buen ejemplo de que no hace falta ser una belleza para ganarse bien la vida en el porno. Cabe mencionar que, después de un paréntesis en el que trabajó como cuidadora de perros y cultivadora de hongos, volvió al negocio porque, al parecer, los champiñones no pagan las facturas. Ahora está otra vez en el ajo, con OnlyFans y un contrato con Brazzers, demostrando que la actividad sexual filmada sigue siendo su mejor baza.
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