Recién fichada por la agencia Spiegler, la atractiva Natalie Brooks confesó recientemente, recurriendo a la hipérbole, como muchas chicas de este gremio, que es guarra desde la cuna, fanática del sexo sucio y enamorada de las pollas de dos cifras. De hecho, Natalie repasó su trayectoria desde que atendía mesas y follaba con sus compañeros de curro, hasta convertirse en estrella del porno a la que se le ha podido ver en gangbangs, sometiéndose a una doble penetración vaginal o marcándose un fisting en Praga. Comenta, además, que tiene muchas ganas de estrenar su retaguardia en pantalla (pues ya va tarde) y que es fan del consolador Hitachi y del Womanizer. Y es que si no está filmando una escena, está en casa con su gata o dándose amor a sí misma. “En mi casa hay dos coños felices: el suyo y el mío”, dice entre risas.
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