Las escenas con aceite siempre funcionan, siempre venden. Y si aparece Lucy Lotus, con un culo que parece diseñado por ingenieros italianos, el encuentro candente resulta aún más explosivo. Bang! la junta con Zac Wild, un tipo que sabe dónde poner la cámara y la entrepierna, y juntos montan un festival lubricado que rompe el molde. La cosa arranca con un doggy tuneado, una pierna estirada en el sillón para que el culo quede en ángulo de museo. Después, el “Ballerina lift”: Lucy de puntillas, glúteos tensos, aceitosa y brillante como estatua griega salida de un spa porno. Le siguen numerosas posiciones, a cual más excitantes, siempre con la misma misión, que su trasero sea la estrella de la función. Todo fluye como el aceite que la recubre. El resultado es una escena que demuestra que el porno aceitoso puede ser más que chorros y resbalones, ya que puede ser arte. Bueno, arte para una sola mano.
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