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Abella Danger: la ninfómana letrada

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Abella Danger se despidió del porno a lo grande, con mil quinientas escenas filmadas y un sinfín de seguidores. Cabe destacar que cambió los sets de rodaje por el estrado, puesto que pronto se convertirá en abogada por derecho propio, nunca mejor dicho. Y es que Abella ha hecho de todo y con estilo; desde su debut con BangBros hasta su propio whisky, su cripto y un ático con terraza de lujo, muy al estilo Miami Vice. Criada en una familia sefardí con raíces marroquíes y carácter de hierro, Abella se curtió entre South Beach y estudios pornográficos. Durante su épocas de pornstar perdió a su amiga August Ames, lidió con trolls en las redes y acabó encontrando el amor en un abogado de Atlanta. Entre triatlones, clases de filosofía y sus dos perros Versace y Donatella, Abella sigue siendo el símbolo de una generación del porno que entró al ruedo por pura vocación. Hoy prepara su salto final. Esto es, dejar atrás Brazzers, terminar su tesis, y demostrar que una pornstar puede convertirse en abogada sin perder una pizca de actitud. Porque Danger no se jubila, se reinventa. Y si hay justicia en este mundo, su toga tendrá escote.