Daisy Phoenix y Tess Thompson arrancan su aventura lésbica con caricias suaves y un 69 de manual, pero enseguida se dan cuenta de que falta algo en la receta. Esto es, un poco de proteína masculina. Entonces entra en escena Parker Ambrose, hermanastro de una de ellas, así que a partir de ese momento ya tienen un buen dispensador oficial de esperma. Visualmente, la escena brilla más que los filtros de Instagram, con olores vivos, pieles perfectas y un final rematadamente feliz, como era de esperar. En resumen, Let’s Try Some Dick Together es una oda al compañerismo carnal, un trío tan políticamente incorrecto como entrañable que demuestra que, cuando hay coordinación y ganas, hasta el porno en familia tiene su encanto.
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