Alex Grey

Cuando Alex Grey hizo gala de presencia en el porno, no lo hizo en solitario. Al mismo tiempo que entró en la industria de adultos americana, otras señoritas de similares características físicas la siguieron en su empeño. Imitadoras que con el tiempo no pudieron seguir el ritmo de esta preciosidad cárnica.

Fue el año de la eclosión de las rubias cortadas por un mismo patrón: jovencísimas, de físicos delicados, piel blanquecina, sin retocar en quirófano, guapas hasta el extremo y preciosas en formas.

Una moda o fenómeno temporal que tuvo su boom allá por el 2015. Todas al unísono progresaban al compás como si se tratase de un grupúsculo homogéneo de talento y figura, un ejército de clones platino.

Sin embargo, al igual que en la película de los inmortales, al final solo podía quedar una, a pesar de que todas representaban un perfil físico parecido y parecían angelitos caídos del cielo dispuestos a follar.

Pronto la señorita Alex fue la que daba más guerra sexual en sus rodajes. Se explayaba más y más intensamente. Se atrevía a todo aunque no tuviera experiencia suficiente. No decía no a nada y hasta el mismísimo Greg Lansky puso sus ojos sobre ella. El talento había nacido en su interior.

El hecho de que el aclamado director francés contara con ella es del todo revelador. Habla mucho el hecho de que se haya esforzado particularmente por lanzar su carrera. Algo ha tenido que ver para escogerla entre tanta rubia adorable.

Por lo que se ve Alex Grey no solo se implica de lleno en escenas anales, dobles penetraciones y orgías, posee una de las vaginas más carismáticas de toda la industria porno. De un color rosado claro que está para comérselo.

De esta forma cada semana sigue escalando puestos para colarse en alguna lista de nominadas a un premio. Por eso su progreso es imparable y estoy seguro que dentro de pocos años será unas de las pornostars más grande de América.