Rosa Angulo
Quien iba a decir que la encantadora húngara Aletta Ocean iba a terminar sus días condenada al ostracismo del porno. La que fue una de las más bellas starlets no pasa por su mejor momento anatómico y se ha arrinconado en su sitio web personal. Los estragos del bisturí se han cebado con su cuerpo y su aspecto luce muy alejado de la diosa europea que un día fue. Sufre el efecto cara de pato, considerado una patología derivada de la epidemia de operaciones que se practican las tetonas. Ahora su cuerpo es un campo de operaciones cual territorio de guerra donde tunearse cada parte de su anatomía es una obsesión que apaga el entusiasmo de sus fans. Salvo quizá por sus impresionantes tetas, las cuales, todo hay que decirlo, le quedan de maravilla.
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