¿En qué rincón del ciberespacio se nos había escondido este tesoro natural? Resulta que en Idaho, entre patatas y paisajes montañosos, crían a Aubry Babcock, una joya secreta del porno profesional que comienza a dejarse ver. Aubry sería ese plato que los chefs se reservan para comensales con paladar fino; todo 100 % natural y un trasero que parece esculpido por Bernini en un día inspirado. Evil Angel, Team Skeet, Reality Kings… Y tanto que la chica se está dejando ver. En definitiva, a sus 23 años, Aubry es una mina de oro en ascenso, cuyo perfil se aleja de la típica estrella del porno norteamericana, pero no por ello no es capaz de ponerte la verga apuntando al cielo en menos de que cante un gallo.
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