Cubbi Thompson se metió de lleno en una de las últimas escenas de Jules Jordan, y lo hizo en compañía de Manuel Ferrara, que, al menos, nunca falla cuando se trata de ponerle chispa al asunto. La cosa arranca con Cubbi llegando a casa en modo casual, es decir, con una sudadera y unos shorts que dejan poco a la imaginación. Pero claro, Manuel no es de los que se conforman con un look de domingo en el sofá: él, además de carne, quiere un poco de glamour. Y Cubbi, ni corta ni perezosa, se cambia a un conjuntito rosa que grita “fóllame”. Tetas en primera fila, escaleras de alfombra roja improvisada y un Manuel Ferrara que pasa de cara seria a sonrisa de niño en una juguetería. Lo que sigue es Cubbi dándolo todo, con meneo de pechos en la cara del francés, un poco de autoshow en el sillón y, cómo no, llega el momento de degustar el resto del menú.
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