Hazel Moore convierte la infidelidad en espectáculo porno

En esta escena de Reality Kings, Hazel Moore no es precisamente discreta. Su novio sospecha que se la está pegando con Isiah Maxwell y decide montar su pequeña trampa, cual Sherlock Holmes resabiado. ¿El giro? Que mientras el pobre desgraciado suelta sus lamentaciones directamente a la cámara, Hazel ya está de rodillas en segundo plano, comiéndose el rabo de Isiah con un hambre descomunal. Reality Kings no se limita a la típica historia de cuernos, pues le mete comedia, ironía y hasta estética. Porque cuando la luz natural entra por la ventana y baña a Hazel montada en modo vaquera de postal, uno casi se olvida de que esto iba de engaños. Cowgirl, griego, empotrada contra la pared… Todo con un ritmo que fluye, lo justo para mantenerte enganchado y con la mano ocupada.