Sarah Lace es como una pequeña bomba sexual envuelta en voz suave y carita de niña buena, pero con un culo que podría desviar el tráfico. Texana de nacimiento, empezó como modelo, pero acabó convertida en la “princesa de la sensualidad”. Y es que lo suyo con el porno fue una progresión natural, de posar en bikini a que le grabaran los orgasmos en 4K. Dice que antes de entrar en la industria ya le daba duro con sus juguetes, que las fotos se le quedaban cortas y que grabar vídeos era, básicamente, el siguiente paso lógico. Su primera escena profesional fue para Strippers In The Hood, y desde entonces no ha parado de mojar sabanas. ¿Su posición favorita? Doggy, por supuesto, hay que mostrar ese culo legendario. ¿Swallower? Si sabe bien, se lo traga con gusto. ¿Creampies? Son su debilidad. ¿Tamaño? No es una size queen, pero le caben bien los grandes. ¿Anal? Claro, y hasta nominada a mejor performer del año en la categoría. Sarah tiene preferencia por el rol sumiso, y aunque no se masturba mucho fuera de cámara (cosas de tener pareja), cuando lo hace, sabe divertirse. Una vez terminó en un columpio sexual, girando como un kebab mientras su marido le alternaba boca y coño. Acabó squirtando como un aspersor y empapando a una docena de voyeurs en un club swinger. En sus días libres, hace yoga, juega a los Sims y se mete entre las piernas de sus personajes de novela romántica. En cuanto a los chicos, le van los hombros anchos y el rollo masculino; respecto a las chicas, las curvas abundantes y los buenos culos.
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