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Emma Rosie, el ángel caído de Dios atrapado en el infierno pornográfico

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En esta santa casa hemos presentado, en varias ocasiones, starlets que han sido bendecidas por haber nacido con una belleza alternativa. Nos deshacimos en elogios hablando de la nariz picasiana de Penelope Kay. Y no olvidemos el atractivo sucio de la rubísima Emily Right. Hace unos pocos meses debutó en el circuito americano una novata que se ha apuntado automáticamente a la secta de la belleza no normativa por estar recubierta, de arriba a abajo, de esa peculiar aura sucia propia de las chicas de los suburbios. Se hace llamar Emma Rosie, es de Nueva York, tiene 18 añitos, y es uno de esos querubines cuasi albinos con facciones tan hipnotizantes que es imposible apartarle la vista.

Pero es que además, este ángel caído del cielo no tienes talón de Aquiles pese a medir 1,47 m y pesar 39 kg, pues ya deja jugar en su puerta trasera. Fue en su debut, en la productora Backroom Casting Couch, cuando esta diablilla de pintoresca fisionomía entregó todo el paquete en su primer día de trabajo, protagonizando el primer anal de su incipiente carrera bajo una entrañable imagen de estudiante juvenil.

Poco después, se convirtió en una cobaya ideal de Bryan Gozzling en Hookup Hootshot (HUHS), donde la joven neoyorkina de rostro magnético se enfrentó estoicamente a dos horas sexuales con muchas posturas, gargantas profundas y hasta una lluvia dorada que pocas resistirían el primer año de labranza pornográfica. Si después de ver a esta golosina azucarada de mechones rubios, profundos ojos azules y pequeño cuerpo natural, todavía no te has enamorado de sus dulces rasgos y erotizantes gestos es que sencillamente eres maricón.