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Ginger Lynn, la triunfador atípica del porno de los 80

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Hoy toca rendirnos a los pies de una mujer que transformó el porno añejo vintage gracias a su aspecto cercano y convencional. Y es que solo una señora como Ginger Lynn, que tenía esa mezcla de naturalidad y energía desbordante, podía convertirse en la 1ª mujer «corriente» que fue estrella indiscutible del cine X. Los que vivieron esa época ochentera de cintas VHS saben que la historia del cine de adultos tiene un antes y un después de la aparición de Ginger Lynn. Su aspecto de «vecinita de al lado», simpática, jovial, pizpireta, y atractiva sin llegar a ser espectacular, enamoró al público americano que rápidamente la convirtió en la primera gran estrella del género, a mediados de la fabulosa década de los 80.

Su nombre real era Ginger Lynn Allen y nació en el estado norteamericano de Illinois el año 1962. Su camino hasta llegar a la industria de adultos no está exento de dificultades, de hecho el principal motivo por el que acudió a hacerse una sesión de fotos eróticas en la revista «PentHouse» fue la falta de dinero. Una experiencia que le dejó bastante buen sabor de boca porque poco tiempo después de posar desnuda aceptó la propuesta de participar en películas porno por una cantidad bastante superior.

Ese fue el pistoletazo de salida de Ginger Lynn, una de las mejor pornstar según AVN, en el mundo de la pornografía, unos inicios que no tardaron en ser meteóricos gracias a su parecido con la cantante Madonna y su facilidad para dejarse hacer anales con dobles penetraciones incluidas. Con semejante voracidad sexual, algo atípico en el porno mainstream de los 80 de aquella época, es norma que el público terminara elevándola a los altares en solo 2 años de fornicio filmado y la juntarán con otros monstruos como Traci Lords, Ron Jeremy o John Holmes.

Su buen hacer fue el culpable de que la productora XXX «Vivid» la contratara en exclusiva para que protagonizara sus producciones y creó, sin saberlo, un modelo de pornostar que sería muy imitado en el futuro próximo. Su nombre e imagen figuraba en las carátulas de las películas en las que participaba y pronto se volvió en un verdadero icono del porno de consumo rápido que comenzaba a emerger en aquellos convulsos años. Participó en algunas de las películas eróticas míticas de mediados de los 80, como «New Wave Kookers», «The Grafenberg Spot» o la cómica y de bajo presupuesto «Edén», que revisaba con sarcasmo la historia de la humanidad en clave pornográfica con cutres decorados de cartón-piedra.

Por desgracia, tan solo dos años después de su debut, en 1986, Ginger abandonó el cine de adultos para probar fortuna en el cine comercial de Hollywood. Como la mayoría de sus compañeras de profesión tuvo poca suerte y se tuvo que conformar con pequeños papeles en películas de serie B en las que era asesinada a los pocos minutos de su aparición en pantalla, o bien debía desnudarse por cualquier excusa.

Durante esa etapa de su vida su fama se alimentó en su tortuosa relación con el actor Charlie Sheen (el putero cocainómano más famoso de Hollywood), que ocupó portadas en muchas revistas de la prensa rosa. Eso sí, jamás olvidó su trabajo como cotizada stripper, que le hizo recorrer América con su fama a cuestas.

En 1999, un suculento cheque en blanco la convenció para regresar al porno. Una jugada muy arriesgada, porque, a finales de los años noventa todavía no estaba fraguada la sexy moda de las MILFs y el mercado estaba a rebosar de sangre juvenil de gran belleza (hola Jenna Jameson). Por suerte, Ginger Lynn ya no era la frágil chica de la puerta de al lado, sino una veterana señora curtida en mil batallas que demostró en películas como «Sunset Stripped», «New Wave Hookers #6», «Desgarrada» o «Crime & Passion» que quien tuvo retuvo, que pese a rozar los 40 años seguía conservando esa magia que la colocó en lo más alto de la industria del ñogo ñogo.

Desde entonces, la vida de Ginger Lynn ha trascendido el género pornográfico llegando a ser conocida por ser una secundaria de lujo en la película «American Pie» y estar presente en el videoclip de Metallica «Turn the Page». Desde 2010 ya no se la ve por estas huestes, tras su marcha definitiva, la que revolucionó el mundo del porno en los años 80 con su encanto personal, todavía tiene a millones de cuarentones del mundo entero que continúan añorando su presencia.

Filmografía destacada de Ginger Lynn (entre 359 películas):

  • Surrender in Paradise (1984)
  • New Wave Hookers (1985)
  • The Pink Lagoon (1984)
  • Beverly Hills Cox (1986)
  • Ten Little Maidens (1985)
  • Taken (2001)
  • Slumber Party (1984)
  • Project: Ginger (1985)
  • Kinky Business (1985)
  • Electric Blue 28 (1985)
  • Taboo 4 (1985)