in ,

La realidad de las apps para ligar

Twitter Telegram Whatsapp

En ciertas apps como Tinder no ligas, te ligan, y no precisamente los tíos o las tías, sino el algoritmo, ese dictadorcillo digital que decide quién te gusta y cuánta autoestima te queda. Tú crees que eliges, pero solo arrastras el dedo como quien remueve un café frío. Y es que estas aplicaciones son como tragaperras con emojis. En realidad no quieren que encuentres pareja, quieren que sigas ahí, deslizando perfiles como un hámster dopado. Y funciona: una cara, otra cara, otra…, y tu cerebro reblandeciéndose como una croqueta. Registran todo, lo que miras, lo que ignoras, con quién hablas, cuánto tardas en contestar. Y cuando te tienen radiografiado, te meten en una burbuja estética y social. Crees que tienes “un tipo”, pero en realidad te lo han asignado. ¿La salida? Torpedear la máquina. Es decir, cambia filtros, rompe patrones, mezcla likes imposibles y, sobre todo, vuelve a hablar con gente fuera del móvil. Siempre ha funcionado.