Si creías que las influencers españolas eran todas postureo y sonrisas falsas, estás en lo cierto. Fuera coñas, si no conoces a Julia Menu García, puede que te estés rezagando (yo la conocí ayer, así que ya estoy en la onda). La almeriense ha revolucionado TikTok con su ingenio y por qué no decirlo, con un cuerpazo que quita el hipo y una actitud muy que te puede poner más caliente que un verano en Almería. Con más de 25 millones de seguidores devorando cada uno de sus movimientos, esta chica ha demostrado que se puede ser viral sin pertenecer a la familia Kardashiam yendo por la vida como si tuvieras un palo metido en el culo.
No hace falta ser un genio para entender por qué Julia Menu García arrasa en redes por que la chica se lo curra, o eso dicen. Pero su figura esbelta, sus curvas y esa mirada traviesa puede que provoquen no pocos pajotes entre el público que consume estas mierdas. ¿Lo mejor? No es un puto fake como otras que parecen sacadas de una fábrica de silicona. Julia es natural, juguetona y sabe cómo mover ese culo sin tener precisamente un doctorado en provocación. No importa si está haciendo un tutorial de maquillaje o un sketch cómico, siempre encuentra la manera de morder el labio, arquear la espalda o sacudir las caderas para que a más de uno se le levante el pito.
Pero Julia no es solo un trocito de carne para mirar; es una maestra del morbo inteligente. En sus directos, coquetea con la cámara como si fueras su novio secreto, acariciándose el pelo, ajustándose el escote o lanzando miradas que no prometen cosas sucias, pero el personal se las imagina.Y aunque oficialmente tiene pareja (otro jodido tiktoker llamado Francisco Callejón), sus seguidores siguen soñando con que un día abra un OnlyFans y les muestre todo lo que esconde esa ropa ajustada para machacársela como si no hubiera un mañana.
Imagínatelo, Julia Menu García, soltera y cachonda, abriendo un canal privado donde enseñara cómo se toca, cómo se masturba o cómo se los monta con dos musculitos de estos que también muestran cacho en Instagram y demás pozos ciego de superficialidad exacerbada. Aunuqe, por ahora, se tendrán que conformar con devorar sus fotos más sexis, fantasear con sus vídeos y esperar a que algún día se le cruce el cable y nos deleite con algo más explícito.
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