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El factor X de Natalia Zeta

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Si echamos una ojeada al currículum cerdo de Natalia Z (su nombre real es Natalia Llata), enseguida comprobamos que cumple con con dos reglas de oro para dedicarse a la profesión de actriz porno: ser mala estudiante y trabajar de estríper. Nacida en Santander en 1983, Natalia apareció de la nada un día cualquiera de 2005 con los deberes ya hechos; se había curtido sobre los escenarios al trabajar en una agencia de espectáculos. Sus espectaculares shows eróticos llamaron la atención a algún cazatalentos y pronto Natalia, con solo 21 años, grabó su primera película pornográfica junto al actor Roberto Chivas, el que era su novio por aquel entonces.

A partir de aquí, la carrera de esta cántabra aficionada al tunning fue viento en popa gracias a un cuerpazo de órdago coronado con unas tetas operadas que eran de lo mejorcito en la sociedad española. Nada de plástico barato. No había productora nacional o internacional que se le resistiera: Cumlouder, IFG, Evil Angel, Private… y fue saltando de producción en producción hasta llegar a lo más alto de la industria de adultos europea. Era la pornostar omnipresente, estaba en todas partes, de ahí que se hiciera con un premio Ninfa (2006) por su intervención en «The Gift».

Puede que no haya destacado fuera de nuestras fronteras tanto como Apolonia Lapiedra o la odiosa Amarna Miller, pero en España su auge fue un auténtico terremoto que le permitió salir en pelotas en revistas eróticas como Primera Línea o SIE7E, donde contaba con pelos y señales un pasado muy movidito que dejaba claro que era una chica mala con muchas ganas de vicio. Algo que era cierto sabiendo que dejó seco a nuestro semental Nacho Vidal en el film «Room 666» (2006) en una escena que todavía está presente en el imaginario colectivo pornográfico.

En lo referente a su performance sexual, decir que desde el principio ha sido una correligionaria del sexo anal, usando la sodomía para ampliar su historial. Sobre todo cuando el estudio Private la contrató para trabajar en «Evil Geishas Hotel» o «Private Poker». Toda una especialista en el arte de la puerta de atrás y un referente como starlet española que hizo lo necesario para conseguir fama y fortuna. Destacaba en cualquier práctica sexual, desde mamadas y penetraciones hasta material en solitario de auto satisfacción.

A principios de 2009, y para alegría de sus fans, protagonizó uno de los topless más sonados del mundo futbolero cuando se sacó las tetas en mitad del Santiago Bernabéu para celebrar la victoria del FC Barcelona frente al Real Madrid. Ya sabéis, la que se conoce como una de las mayores derrotas de la historia del club merengue: el derby de mayo de 2009 en el que quedaron 2 – 6. Porque esa es otra, su vena exhibicionista también era legendaria.

Natalia Z se retiró definitivamente del porno en el año 2103, cuando se quedó embarazada de su primera hija. Dicen las malas lenguas que actualmente se dedica al mundo de la inmobiliaria, vendiendo pisos por Cantabria. Sea como sea, para nosotros siempre será una de las mejores pornostars españolas de todos los tiempos y permanecerá sexualmente invariable en nuestro pervertido recuerdo.