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Alba Galocha declara su fervor por el desnudo

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Alba Galocha exhibe 25 tatuajes (uno en el pubis) y declara sin tapujos sus preferencias políticas y sexuales (Podemos y el Misionero). Nada mal para una de las modelos españolas más internacionales que ha tocado palos profesionales tan dispares como el cine y diseño de alta costura. Por suerte, no puede estar más alejada de los tópicos de su profesión, y es que la gallega es una mujer inteligente, con carácter y con la suficiente personalidad de no ser una inalcanzable top model internacional, aunque haya pisado exitosamente pasarelas como el Madrid Fashion Week o la 080 de Barcelona. Eso sí, mantiene intacta esa facilidad característica del gremio para quitarse la ropa, amén de los rasgos andróginos y el hecho de que sea más plana que una tabla de planchar.

Su exótica belleza mediterránea (pelo y ojos pardos) y su pasión por los desnudos explícitos (esos que enseñan hasta el último pelo de su coño) la han llevado al mundo de la interpretación a rodar una escena erótica, junto a su compañera de reparto Verónica Echegui, en la película «No Culpes al Karma de lo que te Pasa por Gilipollas», de María Ripoll. En concreto, un topless en esta comedia española en la que se le ven las tetas.

Aunque actualmente Alba Galocha se haya reconvertido en actriz, su belleza magnética española ha impregnado las revistas del sector de la moda (Vogue, Nylon, Cosmopolitan) y se la rifan para que salga en sus portadas. Porque es cercana y trasmite una naturalidad que pocas poseen. Estamos pues ante la Cara Delevingne española, una Kate Moss desintoxicada, una mujer de las nuevas generaciones dispuestas a comerse el mundo a través de un activismo comprometido en las redes sociales (Instagram y Twitter).