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Kascha Papillon: la fiel esposa del porno de los 80

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A finales de los años 80, un brote de fidelidad sexual, promovido por el miedo al virus del sida, tuvo lugar en la meca del porno vintage americano. De repente, las nuevas estrellas solo grababan sexo en compañía de sus maridos y no dejaban a ningún hombre penetrarlas a placer. Había nacido la figura de la esposa fiel y de la exclusividad sexual con el cónyuge de la vida real. Fue así como surgieron parejitas tanto fuera como dentro de la profesión, siendo la más notable de todas ellas la conformada por la exuberante hawaiana Kascha Papillon y el francés François Papillon. Un tío con un aspecto de chulo playa tan prepotente que echaba para atrás.

Kascha (también llamada Alison LePriol y Kascha Le Priol) era una jodida preciosidad. Una starlet de variada mezcla étnica con un físico apabullante y exóticos rasgos asiáticos en su rostro. Eso sí, de anatomía voluptuosa con denominación de origen norteamericano y con una de las primeras pares de tetas operadas que quedaban de infarto. Considerada una auténtica bomba sexual cercana a la perfección que rodó películas durante más de 7 años. Desgraciadamente, su carrera se vio truncada cuando engordó 25 kilos y tuvo dificultades para que la contrataran. 

Prácticamente, casi durante todos los años que permaneció activa en su carrera tuvo como único compañero sexual a su marido François. Excepto en sus últimos coletazos profesionales, que accedió a catar otras pollas por meros motivos económicos. Lo más curioso de todo esto es que, casi 30 años después (desde 1987), ambos tortolitos siguen casados felices y comiendo perdices.