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Las playas de Cap d’Agde: el pueblo nudista del sexo libre

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Todos los amantes del nudismo y el sexo libre saben que Cap d’Agde es una zona turística situada al sur de Francia donde todo lo que tiene que ver con el sexo está permitido. Se trata de una pequeña población costera bañada por el mar mediterráneo conocida por ser el centro turístico de referencia mundial del nudismo. Una comuna naturalista que se rige bajo las propias reglas de la moral laxa. Esta villa de libertinaje es desde hace años el mayor exponente de depravación sexual pública a nivel mundial a la que cualquier extranjero puedo viajar para hacer turismo sexual.

Y no solo eso, sino que puedes practicar el sexo libremente en cualquier sitio de la misma, con quien sea y a cualquier hora del día: hoteles, clubs, piscinas, calles, fiestas, paradores… Un paraíso para follar públicamente sin miedo a multas y a miradas indiscretas puesto que todo el mundo va a lo que va.

Mamadas en mitad de la calle, folladas bajo el sol, pajas en la tumbona y un sinfín de prácticas sexuales en esta libidinosa zona con playa que haría empequeñecer cualquier escenario de una superproducción porno Estados Unidos. Sin duda el pueblo más vicioso del mundo, Cap d’Adge.

Cap d’Agde: el jardín del Edén de los Swingers

Sin duda las playas de Cap d’Adge son el destino ideal para todos aquellos que siguen la forma de vida del swinger, aquellos viciosillos que practican el intercambio de pareja. Han catalogado sus playas como centros liberales de placer donde al atardecer es común ver a parejas masturbándose debajo de la tumbona, pajas cladestinas encima de esterillas y hasta corros de voyeurs masturbándose viendo como los demás se follan sobre la arena.

Todo un paraíso para las parejas liberales de todo tipo de orientación sexual (tienen una playa reservada a los gays) donde pueden dar rienda suelta a su libertad sexual encorsetada por sus lugares de procedencia.

Si sois pobres pensad dos veces antes de pisar este complejo vacacional lascivo porque los precios son desorbitados. Y es que follar con lujos cuesta dinero. Por ejemplo, hay que pagar 10€ para poder entrar en las instalaciones, más 20€ para poder ir a la zona de ocio. Un resort turístico al alcance de muy pocos.