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Ashton Blake, la fibrosa starlette tatuada que se resistió a la madurez

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Durante sus años de labranza pornográfica (2014-2020), Ashton Blake fue una pornostar que se negó a ser encasillada en el subgénero de las maduritas. Una luchadora contra el paso del tiempo a base de tatuajes, retoques, looks alternativos y rutinas de gimnasio para paliar los estragos del tiempo en sus células. Y vaya que si lo consiguió. A sus 41 años, edad en la que debutó en la industria, parecía la típica recién divorciada con complejo de Peter Pan que quería aprovechar el tiempo perdido follándose a todo lo que se mueve.

Hizo de su curiosa estética su refugio particular, tanto que su sexualidad fue difícil de etiquetar ya que en su piel no había ni rastro de estrías. Como si hubiese hecho un pacto con el diablo y éste le hubiera dado una tregua a su voluptuosidad. Por eso era un rostro habitual en estudios como Scoreland, Naughty America o Pulse Distribution, refugios de segunda fila para actrices que no se pueden catalogar fácilmente.

Su estilo propio le permitió disfrutar de posturas sexuales que podrían resultar lesivas en físicos poco entrenados. Incluso practicaba dobles penetraciones frente a actores jovenzuelos con la fuerza suficiente para destrozarle sus agujeros. Si no la incluimos en la lista de pornostars musculosas es porque no llegó a pertenecer a la élite del músculo.