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Señoras del vintage: Erika Bella, la radiante húngara

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De la misma manera que existieron en el pasado aclamadas actrices de Hollywood de inconmensurable belleza, pensemos en Ava Gardner, Elizabeth Taylor o Rita Hayworth, hubo starlettes del porno vintage, cuyo radiante atractivo y físico perfecto se distanciaba considerablemente de las estrellas actuales. Se trata de un misterio que a día de hoy todavía desconocemos, pero, de la misma forma que ya no podemos encontrarnos con cuerpazos como el de Marilyn Monroe, tampoco los hay como el de Anita Blonde o la señorita que inspira estas líneas, su paisana Erika Bella (Erika Rakoscy), una pornostar húngara de inconmensurable atracción sexual que se convirtió en la musa de Salieri, Dorcel y Cía en la industria pornográfica europea de finales de la década de 1990.

Su proverbial belleza natural la ayudó a hacerse un hueco como modelo profesional, desfilando por pasarelas de medio pelo, hasta que un atrevido fotógrafo le propuso adentrarse en el sensual mundo de la fotografía erótica. Después de salir desnuda en docenas de revistas y publicaciones destinadas a pajilleros, Erika se catapultó al mundo del porno gracias a Christoph Clark, y lo hizo con tan solo 20 años, un felpudo forrado de vello púbico y un rostro tan radiante que cualquier actriz a su lado estaba carente de alma.

Pero que no os engañe su desbordante guapura, esta euroslut no le hacía ascos a nada, y se entregó al porno más duro casi desde sus inicios en la industria de adultos europea, destacando en prácticas sexuales como los anales y las dobles penetraciones, que por aquel entonces no eran nada comunes en las películas. Con semejante carta de presentación no le fue difícil a la monumental húngara copar los primeros puestos del star system pornográfico, llegando a rodar incluso cine XXX en el circuito norteamericano, un logro al alcance de muy pocas actrices del Este europeo.

El total de su carrera está compuesto por 145 títulos, rodados en su mayoría para productoras importantes como Video Marc Dorcel, Mario Salieri Entertainment Group, Vivid y Private, la compañía que sacó más punta a su sexualidad. Tras 12 años de aventuras pornográficas (desde 1993 a 2005) en los que se cambió su seudónimo hasta en tres ocasiones: Stone, Rouge y Lamour, decidió retirarse del porno y pasar el resto de su vida ganándose el sueldo gracias a su fama recogida delante de las pantallas. Y es que actualmente, con 48 años, vive en Budapest ejerciendo como bailarina erótica de shows.

Desde JaqueMateAteos hemor querido lanzar unas salvas a las perfectas curvas naturales de su cuerpo y remarcar con rotulador permanente que su fisonomía era algo casi sobrenatural de lo guapa que resultaba en pantalla. No cabe duda es que Erika Bella fue, es y será una histórica indiscutible y una leyenda viva de la pornografía internacional que dejó un extenso legado por los pornotubes.

A sus legiones de fans cuarentones solo decirles que echen una ojeada a algunos títulos de la filmografía de la pornostar (en particular a los que se filmaron a finales de los años 90), como «El Perfume de Mathilde» (1995), «Sluts N ‘Angels en Budapest» (1994), «Sedia a Rotelle» (1995), «Clinica del sesso» (1995)… en los que lucía palmito junto a otras estrellas consagradas de la época como Laure Sainclair, Monica Roccaforte o la mismísima Rita Faltoyano. Una delicattesen para gozar con todos los sentidos.