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Erin Everheart se somete al bondage más extremista

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La fascinante cara de loca de Erin Everheart no ha pasado inadvertida en las productoras del sector de adultos, y pese a que muchos pornófilos la tachan de fea —no negaremos que su rostro parece pintado por el mismísimo Picasso— transmite un morbo increíble. Sin ir más lejos, el macabro personal de Hogtied (Kink) han querido encerrar su feminidad extrema en sus mazmorras para someter su presencia electrizante a una tortuosa sesión de shibari, el erótico arte japonés de atar a mujeres cuyas prioridades se centran en un oscuro fetichismo hacia el bondage. Una escena de altos niveles de depravación que llevarán a esta belleza de alta alcurnia a conocer sus límites mentales y físicos estando inmovilizada, suspendida y amordazada de manos y piernas. Una demoledora puesta en escena la de nuestra particular Pippi Långstrump del porno.