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Jia Lissa y Ellie Leen: bellezas efímeras de Vixen

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Hace pocos días se ha liberado en el portal de morro fino Vixen la primera colaboración entre Ellie Leen y Jia Lissa con una escena exterior digna de premio Óscar (el momento felatorio compartido con una cascada de fondo). Ambas starlets pertenecen a la secta de las intocables: modelos de gran belleza con un contrato exclusivo que las convierte en propiedad del realizador pornográfico Greg Lansky. De Ellie ya hablamos anteriormente remarcando su belleza ilocalizable, pues no lográbamos dar con su paradero. A Jia, la rusa rojiza de rostro impoluto, también teníamos el placer de conocerla de su debut en el porno fino (y también por ser integrante de la Mejor Escena Lésbica de los XBIZ Europa Awards 2018).

Pero no todo es oro lo que reluce en estas superproducciones rebosantes de lujo. En la actualidad esta profesión liberalizada no escapa del intrusismo profesional que estos últimos años han originado las modelos eróticas. Un sector que está muy al alza en estudios aterciopelados como Vixen, cuna del softcore más refinado y estación de paso para todo tipo de diosas pluscuamperfectas que quieran probar suerte en el ñogo ñogo.

Un ejemplo es el de las anteriormente citadas supermodelos que son exclusivas de esta compañía y apenas graban material. Parecen pornostars de postureo que se sacrifican sexualmente, sí, pero no quieren integrarse en el oficio al 100%.

Al fin y al cabo estas sílfides altivas no bajan al barro. De hecho, siempre que vemos a una de estas bellezas una pregunta ronda nuestra cabeza: ¿Continuarán su carrera en el porno después de terminar el contrato con Lansky? Suponemos que lo hacen para acaparar fama. Una especie de publicidad que les valdrá para tener una firme base de fans que las van a seguir a terrenos menos explícitos para limitarse a lucir palmito, tipo camgirls o shows privados.