in

La brutal sumisión BDSM de Pristine Edge

Twitter Telegram Whatsapp

Cuando un estudio tan eminentemente destructivo como Kink, que se mueve entre las aguas del porno sado y el comercial, contrata a advenedizas que están despuntando en la industria de adultos, sucede que se descubren perfiles hasta ahora inéditos en el currículum de las pornostars. Es el caso del nuevo destrozo que le han hecho a Pristine Edge, que recientemente bajó a las mazmorras y calabozos de Sex And Submission, el piso más sadomasoquista de Kink. Una brutal sesión de BDSM donde se la castigó sexualmente comprobando de cerca cómo se saldaron en su físico. Uno puede confirmar como su cuerpo parece haber nacido para el arte de recibir dolor, una preciosidad disfrutando de como Bill Bailey, el encargado de machacarla con su perversión, se ceba con ella.