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La sílfide Leah Gotti regresa inesperadamente a la industria de adultos

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Estos últimos meses, la industria de adultos ha vivido con ilusión los esperados regresos de la brasileña Jessie Rogers y de la famosa starlette del hula hoop, Remy Lacroixe. Gloriosos ‘comebacks’ que nos permitieron volver a ver a dos de las ‘buttwomans’ más importantes del siglo XX. Pero todos sabemos que no hay dos sin tres y a este dueto difícilmente olvidable hay que sumarle otro nombre que recientemente ha regresado por todo lo alto. Hablamos de la legendaria Leah Gotti, el animal más bello que ha parido la pornografía yanqui. Una diosa terrenal tan rabiosamente guapa que automáticamente se metió en el bolsillo a toda la comunidad de pornófilos del 2015.

Su desconcertante belleza le otorgaba una capacidad de seducción sinigual, bautizándola al instante como un angelito caído del mismísimo cielo. Era una superestrella de cuerpo natural con la suficiente clase, elegancia y personalidad para creer realmente que era un ángel caído del cielo. Sin embargo, la nativa de Texas dejó de actuar en 2016 después de filmar unas 100 escenas durante sus primeros ocho meses en la oficio y las esperanzas se diluyeron con el paso del tiempo. Un varapalo del que todavía nos estamos recomponiendo.

Es por eso que después de un paréntesis prolongado de varios años estamos asombrados al haber recibido la grata noticia de que haya decidido salir del ostracismo y esté dispuesta a darse un revolcón en las sábanas del sexo filmado. Eso sí, no echemos las campanas al vuelo porque de momento Leah Gotti solo tiene pensado entregarse al nicho lésbico, a los tribadismos y cunnilingus de Slayed, sin prospecciones heterosexuales de por medio. Limitaciones a las que hay que sumar su edad y consecuente mella en su formidable físico.

Y es que a los 25 años, la sílfide que fue dueña de unos pechos emblemáticas —sentaron las bases de lo que sería el futuro cánones pechófilo— ha perdido lozanía y ya no es aquel dulce caramelo que fue en sus inicios.